Vigolet Crochet - El inicio

Tenía yo, una espinita clavada en mi corazón y mi ser. Un recuerdo de niñez, de sobremesas de verano en casa de mi abuelita sentada en la mecedora viéndola coger las agujas de ganchillo o de media hasta quedarse dormida sentada.

No usaba ni patrones ni tutoriales ni guías. Solo sus ojos se fijaban en algún modelo y se ponía con mucha paciencia y cariño y conseguía sacar el punto. Todo ese arte se transformaba en jerséis, bufandas, gorros y bolsos nos acompañaban todo el año a todos los primos y en mantas y cojines para mi madre y mis tías.

Un homenaje pendiente. Ella se marchó antes de que yo descubriera lo que mis manos y mi mente eran capaces de realizar con ese amor que ella nos transmitía.

Hará algo más de un año y yo con la idea en la cabeza que quería aprender hacer ganchillo, descubrí que en mi ciudad, Valls, un grupo de chicas y mujeres se reunían un día a la semana para pasar una tarde divertida, envueltas entre lanas y agujas, para enseñar unas a otras, para solucionar dudas, para compartir conocimientos, entre risas, conversaciones, vino o cervecitas o algún café. 

No me lo pensé, le pedí a mi madre un par de agujas y unos restos de lana y allí me planté a ver si alguna tenía la suficiente paciencia para enseñarme. Por suerte soy buena alumna y tuve buenas maestras la Croxets de Valls son la caña en generosidad y amor. Una bonita amistad ha surgido entre vuelta y vuelta de nuestras labores.

Unos cuantos metros de cadeneta jiji, punto bajo, punto alto y cierres fueron mi inicio. Alguna flor, que ya os había enseñado, y que no me lo pienso mucho y me lanzo a trabajar dos mantitas para las muñecas de mis niñas.

Mis niñas encantadas, y yo más de verlas jugando y haciendo de "mamis" amorosas.

Gràcies a Gemma B,  Gemma C, Pilar, Rosa C.  Paloma, Ivette per la vostra paciència i per ser tan bones mestres i per totes també, encara ens queden moltes tardes de creativitat juntes :)